sábado, 31 de mayo de 2025

Teoría de la Ternura

Pasaré por ella al promediar las siete de la noche. Pasaré a su sala. Esperaré que me invite a tomar asiento y sólo lo haré después de que ella lo tome antes (eso se lo diré). Hablaremos sobre lo que pasó anoche...

- Eres un huevón, ya está.
- Pero y qué tiene de malo...
- Le escribiste al privado, ¿qué te pasa?
- Ya pero no respondió.
- Entonces eres el doble de huevón. ¿Manyas?

Manyas, es una expresión ya desfasada, para los centenials. Eso lo puso el autor. Bien ella pudo preguntar: ¿Alucina?. Lo cierto es que Patito no me quiere ver ni en pintura. Me echó de su casa, sin invitarme un puto café. Se me ocurre otro plan, pero esta vez no lo pensaré.

- Me excedí, sorry ¿ya?
- ¿No volverá a pasar?
- Te lo aseguro, no sé que me pasó...
- ... que tierno! Ese besito...
- ...
- Ya, fresh entonces. ¡Hay que tomarnos algo!

Así que no tuve mejor idea que ensayarlo con un amigo. 

Una Invierte para Crecer

-Yo me quiero crecer todo. O sea, ¿para qué quiero invertir ahora?.- Dijo resuelta Josefina
- Bueno, vas a ahorrar para no tener que ir a muchos lugares.- Arguyó Martina.

No hay profesional joven que no tome un café por las mañanas, según los estudios del mercado. Pero ahora, qué profesional joven va acompañado de un peluche. Hay quienes van pero con sus vasos, de todas formas y con diseños. Diseños de plantas y hasta de animales, pero no de peluches.

- Se trata de algo exclusivo. Así como hay gente que va a lugares de temática de animes, hay de los que vendrían a estos.- Sustentaba Martina, luego de dar un último sorbo al café que le quedó.
- Yo llevo a mi peluche y me dan un café, ¿algo así?. - Preguntaba Josefina.

Según la universidad, a partir de la idea se desarrolla un producto o servicio y eso venía con un concepto. El tema es que el concepto recaería o bien por los peluches o bien por el servicio a quienes llevaban a estos. La pregunta es, ¿hay mercado?.

La Niña que Creció

Toribio exhala y van con esta exactamente sesenta mil novecientas cuarenta y ocho veces que le acompaña una tos seca y fuerte. Al llegar a casa contempla a su hija, minusválida y sonriente; acaricia con su mirada al cansado rostro del obrero del campo que ya bordea los setenta y pero que mantiene la actitud con que se ganó la veneración de todo el poblado.

A la mañana siguiente el hombre viudo y padre de una mujer de treinta años, inicia su labor con un reparador duchazo. Junto a las plantaciones de plátano y poniendo la mirada en el horizonte, donde se ve más vegetación. Anhela también un médico, porque piensa en su tos, pero también en su hija, quien diez años atrás pisó junto con su madre una mina y sólo ella sobrevivió para contarlo; aunque con un miembro inferior menos. 

Ella, regresa del paso de la carretera con la cesta vacía de las frutas, será lo necesario para unas menestras y unos huevos que el padre se encargará de traer de más allá y poco menos; de la ruta para ir a la ciudad. Malena, como se llama ella, se organizará más tarde para preparar los alimentos; aunque con cierta nostalgia porque recordaba aquel novio guerrillero que en muchas ocasiones se deleitaba con su sazón. Vente conmigo, qué haces con tus padres. Ya creciste. 

Pero Malena no era como sus hermanos, que fueron para México. Ella quería estar cerca a sus padres. Pero terminó quedándose con uno de ellos. Se complementaban. La Niña que Creció como diría Toribio de su hija, cada vez que un vecino preguntaba que cómo estaba; y que ahora vería necesario por ella ir un poco más allá, a la ciudad; donde estaban los buenos médicos esta vez por su salud, Y porque me la ayudaron alguna vez.

Espacio Acogedor

Hay una sola forma de apreciar el afecto entre dos personas, y en este caso recaía sobre los gustos y los amores que se comparten. En este caso Josefina y Martina, muy aparte de los peluches tenían el peculiar gusto por los espacios y las decoraciones; y proponían de tiempo en tiempo nuevos lugares por visitar y claro está con sus fieles acompañantes.

- ¡Qué lugar más interesante, estás segura que se puede ordenar por aquí!.- Decía Martina extasiada por la decoración y la variedad de la carta de la cafetería.
- Listo, acá te paso otra recomendación. - Contestaba Josefina.

Esta amistad transcurría así, y no había fin de semana que no se suscitaran más recomendaciones y más planes por visitar estos lugares. Cada cierto tiempo, surgía un plan por un post o reel subido a instagram o uno que otro destacado de alguna persona afín a sus gustos, o como se les conocía en la literatura universitaria como líder de opinión.

- Yo pago esta vez. - Se adelantó Josefina.
- No es justo, tú me recomendaste el lugar. Hagamos algo, ¿que tal si creamos un lugar alusivo a los peluches?.- Idea brillante que propusiera Martina y que recaería la atención de los próximos días.

Teoría de la Ternura

Pasaré por ella al promediar las siete de la noche. Pasaré a su sala. Esperaré que me invite a tomar asiento y sólo lo haré después de que e...