Cuando tu madre te miró fijamente a los ojos, aquel verano más triste y más infestado de privaciones de tu vida; no soportaste en tu corazón aquellas tres palabras: “No tenemos dinero.”
Así que caballera a trabajar, pero en qué. Y no, la respuesta no estaba en
Sultan el perro baboso ni en el loro, no. Ellos jamás te secarían las lágrimas.
¿Cómo se te ocurre, pensar eso de trabajar de empleada? Eres bonita, no te
arreglarás bien, pero lo eres en el fondo. Así que lo analizaste.
Cuando tu profesor, efectivamente, acongojado y más
desorientado que un río en crecida; te preguntó de las razones de tu salida
(Tercer ciclo, administración bancaria). No tenías más respuesta que una buena
oportunidad y que era preciso aprovecharla, pero si ni tú misma te habías dado
una oportunidad. Porque salías a tomar con los de quinto semestre y uno de
ellos, crees saber bien, te metió la pinga, pero no sabes ni en que bar.
- Entonces, necesitarás de mi una carta de
recomendación ¿quisieras eso? – te dijo tu querido maestro, ¿lo recuerdas?
- Yo...-y lloraste como una Magdalena. Ese día tu
querido profesor te escribió la carta y te metió la pinga también; como
consolándote. El orden de los hechos, de hecho que lo sabes, cojuda.
Pero ya, tenías que trabajar de una buena, vez. Tenías una
carta de recomendación, ahora necesitabas ir a un banco, a preguntar si había
vacantes o algo así. Un señor te dijo bien claro, “Practicantes no, egresados
mamita” Pero y tu, coquetona insistiendo, hasta que el pata (un conserje de
seguridad) te pidió su número y te iba a avisar un día para darte el dato, “Te
invito unos sanguchitos.” “Sí, sí claro” y le zampas un beso al negro feo ese.
Entonces fuiste a tu
casa, feliz porque habías hecho un “Contacto laboral”. Sin imaginar que ese
zambo estaba contándole al mismo gerente de oficina, en el baño, que estaba a
punto de tirarte y decirte el clásico rollo de que mandaras tu correo a tal
dirección y que mucha suerte, aquí tengo la tarjeta del gerente. “Te doy la
antigua entonces, ¿no?” “Claro jefecito” mientras seguía dándote rico por donde
a él le plazca. Pero chucha, tu vieja no estaba.
En vano intentabas llamarla, ese celular nunca se cargaba
del todo. ¿Preguntar a la vecina? Te salió contando que el hijo del vecino
había llegado de los Estados Unidos y que hizo una parrillada y que te la
habías perdido (Al pata también, porque parece un actor “Imagínate hija”) y tú ya
deseabas que te tragara el mundo, si sí tu vieja. ¿Dónde estaba? Ahora sí te
importaba tu viejita, que no exageres, no lo estaba tanto. 50 años no es nada,
aún estaba parada. En cambio tú, tu a su edad ya estarías hasta el culo. Sí,
después de tanto preguntar, te dicen que se llevó una maleta y que el tío
Mauro, de la ferretería (según las malas lenguas, tu viejo) tenía una carta que
te dejó ella.
Ahora sí la llamabas mamita, ahora sí le traías a tu mente
cuando eras niña y correteabas. Ahora sí te dabas cuenta que ser ambulante es
un trabajo digno. Conchuda de mierda, te pones a llorar. Haz algo por la vida,
llama a ese zambo de una vez. ¿Qué tu vieja? Tu vieja se había ido con su
querido a Arequipa, tú ya has tu vida. Hazte sola y sí es posible vete a la
mierda también. Teñida y triste cojuda.
Seamos prácticos. Con los 200 soles que te había dado tu
mami, podrías arreglártelas hasta por tres semanas. Tenías que procurar la
chamba, pero ya. Llama al negro que te cuesta, si te va joder que te joda, pero
que te asegure algo al menos. ¿Dignidad, cojuda? Por qué te tiene que venir eso
a la cabeza, cuando no ibas a las clases que tu vieja pagaba a costa de
inspectores y los serenos que la paraban botando. Cojuda de mierda, dignidad te
van a dar por el ojete.
Me hiciste caso y llamaste al negro. Contestó su señora, te
cagó en one y hasta puta te dijo. “Y anda vete a joder a otro, mocosa de
mierda.” Ok. No te alarmes aún te quedan ciento cincuenta soles. Mira, con
cincuenta solcitos, podrías comprarte una blusita decente ahí por Gamarra. Sí,
la dirección te la ubico en un toque, a ver. Listo, anda ahí antes de las seis,
porque sino se llena ese lugar y te pueden robar. Ahí si te cagas.
Más suerte la tuya, por todos lados: Se Necesita Vendedora,
Se Necesita Jaladora, Se Necesita Recepcionista, RAZÓN AQUÍ. ¿Qué hace la
jaladora? Tira pues cojuda, tira con todo el mundo. Te me haces la taba,
encima. Bien ahora pregúntale al señor, si podrías entrar como….Vendedora,
tienes que darle con eso. Pero no, mejor primero cómprate la blusa que te dije.
Treinta soles; regaladazo, te queda para tu consolador incluso.
- Señor, vengo por el anuncio. – llévatelo pues,
si te gusta jajaja. Bueno ya hiciste algo.
- Aquí los horarios son fuertes eh.- te dijo el
señor, que no era el dueño ni cagando.
Algo que resonó de la tienda de pronto te turbó. Un hombre de
cuarenta años, alto y de ojos café te sonrió, te saludo y agregó que
“Necesitamos a nuestra vendedora urgente que ya abrimos otra tienda, mucho
gusto soy Piero” Claro, buenazo, platudo, sí todo eso; pero primero fórmate
bien, habla bien y no como cojuda, porque sino vas a ser un polvo más.
Cojuda, ha pasado un año y te casaste con el Piero Beltrano.
Chadesumare. Y qué raro, porque no te embarazas. El tiempo, sí sí, el tiempo
que te para metiendo la…No ahora eres una señora y todo debe ser para bien,
hasta tu conducta. Que te van a poner un chofer, ahora que él se fue de viaje a
China, que curioso. Pórtate bien nomás. Y eso que no usaste tu carta de
recomendación.
Que bien que estás, formadita, culona, con tu cabello
natural pero bien tratado. Con tu casa, tu marido, empleados, una perrita
juguetona. ¿Eres feliz? Sí, cojuda. ¿A quién le tienes ganas? Que pendeja que
eres como que con Manuelito, después del almuerzo y en el Stand, es el colmo. Ah
, un mes antes de tu boda. Bueno, te disculpo total a cualquiera le puede
pasar.
¿El chofer no es el zambo ese que te iba a ayudar para
trabajar en el banco? Qué suertuda, ni que ocho cuartos, ese pata es casado
“ Me separé ya, vivo solo alquilado” “Pero
que pena, tu esposa parecía buena” Pero si te había gran puteado. El pata
bueno, está tranquilo hace su chamba. Te escucha pero te ignora también. Es un
pendejazo.
Vas como tres semanas que te tiras a ese zambo, en el auto,
en tu casa, en el cuarto de él pero que es de su vieja. ¿Cómo te gusta la
huevada no? Que su mujer regresó y está
desamparada con sus hijos y que el los va ayudar como amigo. Florazo, florazo.
Eres una perra. Tu esposo llega pasado mañana. Va a traer un culo de textiles.
- Señor , Piero voy a ser franco con Usted. El
chofer viene saliendo con su mujer y se reporta muy tarde. – informaba el fiel
Manuelito.
- Que infeliz, le daré una oportunidad más. Pero
sólo porque no sabemos si ellos han tenido algo más intimo. – respondió
indignado pero a la vez triste, don Piero.
No se te viene, creo que ahora sí te cagaste. Porque, para
mala suerte tuya todas las veces Piero se ha protegido. Que el doctor te dijo
un mes de embarazo. Sonaste. ¿Qué pasó? Se acaba de creer el cuento que es de
él. Ah perfecto entonces. Te acabas de dar cuenta cómo te has puesto ahora que
tu hijita la morenita ha cumplido sus cinco años.
Te descuidaste, totalmente de todo. El ni te mira, ni saluda
a su hijita. El zambo, está en Lurigancho porque participó en un secuestro. Su
señora era integrante de la banda, pero bueno no está nada mal tu vida. Te
acabas de divorciar, te están mandando una pensión regular. Tu mami ha
prosperado como contrabandista y ahora quiere conocer a su nieta, más morocha
que mandada a hacer.
Todo está en la actitud. Acabas de iniciar un negocio, te va
hasta el culo, pero perseveras. ¿Volver a estudiar? Y con quien dejas a tu
hijita. Felizmente no faltan vecinas buenas, “Hasta que llegue su abuelita” (La
abuelita más parada que tú). En la puerta del instituto alguien te recibe con
un abrazo, es tu profe que ahora es director de estudios. Te ve hasta el culo y
te presenta a su novia, una chibola recontra simpática. Hey mira quien acaba de
recoger a la que será tu nueva compañera, la modelo Vanessa Illescas; su novio
el gran Piero Beltrano y todas suspiran por él. Hasta tú, pobre pero feliz cojuda.
Santa Eulalia
15 de Junio del 2012
15 de Junio del 2012
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