Han transcurrido días desde que Luz tomó
una ducha rapidísima y una sopa fría y se fue de la casa. Eran las dos de la
madrugada y ni siquiera su madre de sesenta y dos años sospecharía nada, ante
tanta calma.
Los pasajes estaban listos. El sólo se había
aprovechado de ella pero estaba vez la estaba ayudando y aconsejando que tomará
más liquido y que si se sentía mal; unas pastillas. Pero casi al final de la
trayectoria para tomar el vuelo internacional, vio a su madre junto a dos
policías. Luz había olvidado su Smartphone en la cama.
No hay comentarios:
Publicar un comentario