La mañana se vislumbra triste a la hora catorce y del mismo día. El intrépido Santiago se despedía de este mundo, alejado de su natal Aymaraes, de sus travesías de campo y de sus niños compañeros de juego. Ahora sólo pedía oración a cada uno de sus hijos.
- El tío ha fallecido. – Me sorprende la voz de su sobrina por teléfono.
- Lo siento.- atina a decir el mayor de los sobrinos nietos y transcurre el silencio.
La vida es una decisión provista de dos fechas centrales. El cielo finalmente establece el límite a nuestros días. Invocando a la justicia divina, pero que finalmente recae en un día de eternidad. Como fue esta mañana.
Chosica
14/11/12
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