jueves, 14 de agosto de 2025

No Soporto al Potter de tu Novio

Tú me decías que mientras sonría, todo alrededor estaría bien. No imaginaríamos nunca que esa cabrona pipa se vendría abajo. Pero eso es otra historia. 

Es el cuarto turno de plaquetas y alrededor el olor de pomadas ya se contuvo finalmente, dando paso a una estela de esperanza o triunfo de la ciencia como lo quieran llamar.

Empero tú eres mi cuate, desde aquel momento en que me alcanzaste un pañuelo, que nunca fue tuyo, seguido de ese: Yo tampoco soporto al Potter de tu novio. Y mi llanto quedito se convirtió de pronto en una sonrisa y te pregunté tu nombre, Manuel que chido,  y gracias por el pañuelo. Y desde ahí pues güera y cuate para toda la vida.

Recuerdo que de tantas veces, que la chingona vida me ponía en aprietos a mi o a mi Potter, llegabas tú como un ángel. Y yo te decía: Y para cuando la novia, mira que ya muchas me preguntan, A poco, Pues sí. Tan inocente, y qué te puedo decir pues que la vida nos puso juntos. Y que si no fuera por mi novio, pues quién sabe.

Que ya le dijiste, esa era tu frase de siempre. Y claro, yo ándele y ándele con las perdonadas al novio. Pues sabes, a veces tenía miedo. Y yo sé que el miedo a veces es bueno cómo tu dices, Pero y para qué tienes tremenda boca, acaso ¿no para sonreír? Todo va a estar bien. Claro, eso. Hasta que él se fue al Instituto a diez horas de aquí, imagínate. ¿Qué suerte, verdad? El seguiría estudiando. 

Y posteándose todo el rato el chingón ese, y yo te daba la razón en esa frase. ¿Por qué a veces los esfuerzos de los padres no son suficientes? te decía, A pues, a mí me ahorró la vida el conocer a uno de ellos qué más,  Y te daba la razón en eso, pero más porque luchabas y siempre fuiste el primer en aprender las cosas de grandes. Cuando construiste tu habitación, cuando aprendiste a manejar o cortar el cabello, Yo elijo un oficio y me quedo pues de chofer. Y yo, Pues ándale, cortarme el cabello por ti ni de loca.

Tú también me decías, que mientras hay vida hay esperanza. Y seguro eso pasó por tu mente, cuando decidiste regresar a tu camión, que la gente no entendía y no por mensos; sino por esas llamas que hasta que a uno no los toquen, pues ni se mueve uno.

Acá los doctores aún no se lo creen, y yo menos. Ya descansas, y sólo sé que valió la pena todo esto: porque fuimos la güera y el cuate por toda la vida.
Paso por la avenida principal, hacia Leith. Sin saber que llegaríamos al mar. Pero juntos y sólo eso importaba. Ya habíamos sorteado el fuerte viento, ya habíamos saboreado esas inolvidables alitas con el sabor de una historia que no dejábamos de mirar, aun cuando subir al Castillo; nos podía dejar extenuados o aburridos. Pero estábamos esta vez de noche y por la avenida principal.

Seguíamos, andábamos y transitábamos en medio de una libertad que se nos confirió por obra de Dios y el destino. Sentimos el hambre y pasamos por un market en la calle Duke. Sólo seguíamos, y pero teníamos que regresar. Así que volvimos, reconociendo los giros, las avenidas y las luces que de a pocos se rendían a nuestra fugacidad. 

En ese transitar añorábamos las casas, las valorizaciones que si nuevamente, no fueran por los vientos, lo pensaríamos dos veces. Ese pequeño destello de futuro, no se veía tan malo después de todo. Porque seguíamos juntos y recobrando la luz de Edimburgo. Mientras lo volátil transcurría como un aviso de que para la próxima vez, sería conveniente seguir caminando hasta llegar al malecón del Mar del Norte.

Cuesta. Todo cuesta

Era un sábado como otros tantos. Impensables de trabajar. Pero con la esperanza que el porcentaje de propina o de consumo por decreto ley; se materialice y pronto. Martina alistaba en su maleta al peluche que se convertiría en modelo de vitrina, por buscar un buen nombre para un socio. Josefina ya tenía al suyo incrustado sobre el mostrador. Todo eterno.

- A tenerlo limpio siempre, ¿verdad? - advertía Martina con una sonrisa de adolescente.
- Yo creo que sí. Nos turnamos. 

A los diez minutos iban llegando de a pocos los congregados. Un oso cocinero, uno con apariencia de mecánico, uno pobre porque no tenía ropa so pretexto de que no secó y un considerable etc. El tema era que esperaban llegaran solamente siete y había como doce. 

- Se pasaron la voz. ¿Qué fue? - sorprendida Martina de pronto por ese número.
- Se nos va del presupuesto por Dios. Y todo cuesta - concluyó Josefina.

Zoonosis

Teníamos las horas contadas para precisamente vernos y a posterior ser destinados a cumplir los caprichos del chantaje y de la codicia. Nuestros cuerpos no nos pertenecían al final de cuentas y venían siendo utilizados para diversos fines. Uno precisamente, era hacer del sábado un día memorable para el sobrino del administrador y que acababa de llegar de vacaciones de la universidad.

Tenía la mirada algo esquiva pero sabía corresponder a la inocencia de sus años y la inexperiencia en lo que se trata de lo sexual. Acababa de llegar otra vez a la ciudad y pareciera que nunca tendría las ganas de aplicar sus conocimientos en la sociedad, quizás por la apatía y la clara resolución de que necesita divertirse como sea, para que le dupliquen la mesada.

- Llévame a otro lugar - le dijo la dama al joven estudiante.

 - Te llevaré a uno más íntimo - le respondió.

- Pero apúrate porque se nos acaba el tiempo - recordó la dama.

El tiempo límite eran las 6:00 a.m. y el objetivo era realizar todo lo que el joven llegara a proponer. Pero resultó que las propuestas no recayeron sobre interacción alguna entre ambas personas. Sino que se buscaba la diversión mutua, como de amigos y gente que puede seguir conociendo a otras. Y fue así que transcurrió el tiempo.

Sólo existían sonrisas, pasos de baile improvisados y cantos breves o coros de músicas conocidas en ese lapso. El joven había olvidado o simplemente desconocido toda la capacidad o potencial que tenía frente a su inerme y moralmente indefensa dama. De pronto los papeles se invierten y es a él a quien buscan ahora con cierta insistencia.

De pronto surgen las cuestiones: ¿De dónde está ella y con quién? ¿Por qué la dejaron ir sin director o representante?. En el otro lado, el enamorado venía de cumplir un requerimiento o atención sexual con una proveedora de cargamento. Cada instante el imaginaba a su amada en vez de la mujer que le asignaron. La sesión se extendió mas de lo debido porque durante la tarde se tenía aún labores o coordinaciones que interrumpían a la seller.

Contaminados y a cada quien según su origen. Ambos transitan hacia su hogar común, el preparando un argumento por si se llegara a oídos de un compañero a su amada. Y ella feliz porque no pasó nada más que un juego de hacer amigos. Pero esta vez tuvo suerte, por cuanto los que asistieron a la sesión nocturna; pusieron la atención en la bella dama y no pararán hasta conseguir más información.

Frente a la cocina, se sitúa la mesa y ambos no han decidido contar como le fue al otro. Lo cierto es que un día antes se designaron todas las tareas y caprichos a distintos agentes; y según las referencias se viene cumpliendo bien. 

Nuestra pareja continúa su rutina y previa al acto sexual de todas las tardes y con amor. Vuelven hacia el lugar donde estuvieron un día antes y proyectaron como referencia sus labores o encargos muy a prueba de su amor.


Lince, 31/08/2025

Cosas Buenas

Tenía la fecha marcada en la mente. Para cuando llegó, mi esposa dormía aún. Así que llevé a mi niño, adormilado aún; y lo subí al auto prestado de mi amigo.

-¿A dónde vamos papá?
- A comprar los pasajes. Nos vamos a divertir. 

Miraba el espejo retrovisor continuamente, porque hasta precavido andaba con el hecho de girar hacia la derecha. No lo quería de copiloto. El jugaba, o intentaba jugar con una sola mano. Y reía en su interior porque al parecer el sonido de ganar muchos puntos era interminable. No me molestaba para nada.

- ¿Tiene la autorización de la madre? - Preguntaban en migraciones.
- Claro, claro - No titubeaba cuando dije eso. Uno de los aviones que se divisaba despegó de pronto. - No te asustes. Ya estaremos así pronto; juntos. 

jueves, 24 de julio de 2025

Descortesía

Por segunda vez tomaba su rostro entre sus manos y comenzó a engullir su barbilla con su lengua. Alocada, frenética, como si la escena fuera reservada por sólo unos minutos. Pero tuvo que volver a la realidad. El chico que tenía frente a ella, ambos sentados en un sillón; sólo quería conversar. Y lo hacía bien porque sonreía, la miraba, le prestaba atención, la escuchaba... Pero llegaron de pronto a arreglar la puerta de madera del baño de damas y algo del diálogo original se fue perdiendo o interrumpiendo.

- ¿Y eres casado, soltero, divorciado? - lanzó la pregunta emblema mientras se lo devoraba con los ojos.
- ¿Importa? - respondió su objetivo humano y sexual.
- No me importa para nada...

Ambos seguían esperando a ver quien se animaba a iniciar el beso o el encajar entre los sillones por si sucumben al placer. Pero seguían acomodando la puerta de madera del baño de damas y esos dos utilitaristas o mantenedores no sabían ni lo que estaban haciendo, dado que demoraban. Eso causó malestar en el galán elegido y regresó a la base original donde estaban los amigos.

- Es atorrante, vio que mi celular era Android y dijo puaj. - reclamaba el mas risueño de todos.
- Es bien fea, mírala bien. ¿Eso son piernas? - se escuchó la voz de uno de los amigos.

Volvieron a cruzar miradas, pero él decidió continuar la dirección de la suya hacia la base original donde estaban los amigos. No se animó a acercarse a bailar junto a ella. Y así pasó el tiempo como también otras miradas, hasta que ella decidió irse; y el pudo darse cuenta que aquella descortesía de su parte tuvo una empática y sana justificación.

Base de Preguntas

Josefina, como improvisando un ensayo, cogió la base de preguntas y acercándose a Martina, empezó su proclama con algunas de estas y añadiendo comentarios, en el tono ya característico de la Marketera en ciernes.

- ¿Con qué frecuencia consumes café? Ya, ¿y pero las opciones?
- Cierto, hay que llevarlo a las opciones. Pero ya ellos ahí conversan, se supone ¿no?

Josefina estaba en lo cierto también, la idea de los Focus, era que precisamente ellos deliberen y planteen en conversación sus respuestas. Y eso hacía parte del interés de dichas sesiones.

Las preguntas o cuestiones muy en el interés correspondían a la forma de llevar adelante el plan de otorgar gratis un café a quienes llevaban un peluche y qué mejor si tenían algún oficio en particular. 

Y podría ser una de estas: 

¿Usted conserva actualmente uno de sus peluches de infancia o niñez? 

¿Se atrevería a llevarlo a nuestra cafetería y hacerse acreedor de un café gratuito?

Apuntes desde Normandía

(Encontrado en un maletín, febrero del 1959)

"Así como nuestros padres instauraron el sagrado deber de preservar la especie humana en el matrimonio. Es precisamente a eso último, lo que planteo, dulce hamada mía y que a la distancia, vulnera mis sentidos.

Mike, ya no podrá acompañarnos como testigo de boda. Producto de sus graves heridas luego del cuarto bombeo estratégico, fue llevado al área de observación, en donde le prodigan buenos cuidados.

El matrimonio hasta el momento es una propuesta que se se viene desarrollando  sin mayor novedad. 

Algo nervioso, acabo de recibir la noticia de mi asignación al quinto asedio estratégico y ante eso propongo, el poder cumplir el objetivo y  e informar oportunamente."

Focus Group de Cafeterías

Josefina había avanzado con los preparativos del Focus Group y ya se situaba en una etapa o recta final. Martina en cambio tenía avanzado los planos del local y la base de decoraciones y muebles a manera de animación en su versión de ordenador. Era claro que el objetivo estaba ya trazado y que sobre ello ambas jóvenes estaban muy motivadas. 

En cierto día Josefina notó que siete de los diez convocados al Focus habían confirmado su asistencia. 

- Pero sí es lo primero que aparece en la invitación. "Sírvase confirmar su participación 48 horas antes a este número"...
- Bueno ya, siete es un buen número - Dijo Martina. - Tenemos que continuar no hay de otra.

Luego de ello sobrevino una sonrisa, y era que el dueño del Hugo, había confirmado su participación. 

-Espero que todos fueran así de cumplidos y detallistas como él - se ruborizaba de pronto Josefina.
- Hay un tema. - reveló de pronto Martina. - Veo que los que confirmaron prefieren ver el local o el avance del concepto de este.

Estrategia de Servucción

Ya se conocía de una cafetería que llevaba puesta la experiencia de la preparación  de sus productos frente a los ojos de sus clientes. Era necesario una diferenciación y eso lo sabía muy bien Josefina. Se percató que muy pocas preguntas surgieron para identificar preferencias en cuanto qué hacer mientras se espera o cómo se puede complementar esta situación con algunos atisbos hacia la sección de merchs. 

- Con sus peluches por supuesto - acotaba Martina, siempre risueña y decidida.
- Ya pero el chiste, es tener listo las preguntas -  puntualizaba Josefina con la mirada pensativa.

Recordaba de pronto que entre la teoría del marketing de servicios, había una estrategia que planificaba la entrega del servicio, cual si fuera una fábrica. Pero la pregunta consistía nuevamente en proponer a los peluches en esa suerte de ciclo de vida del servicio. O simplemente hacerlo decorativo. Pero el detalle era que los peluches vendrían traídos a la cafetería.

- Es decir, traerán una historia. Así como significó el tuyo y el mío, ¿verdad? - reflexionó Josefina.
- Bueno, ya. A ver qué sale. ¡Pongamos fecha!

jueves, 29 de mayo de 2025

El Tiempo de un Like

 A Bruno de Olazábal (i.m.)


(Resuena de fondo el intro de Tides of Time, Epica 2019)

- Estábamos juntando para la mamita, ya mucho tiempo andaba mal; por eso salía a trabajar hasta tarde.
(Aparece un rótulo en la parte inferior de la persona, dice Cecilia Quirós)

- El impacto fue considerable, la menor salió despedida por los aires. La conductora entró en shock.
(Similar al anterior, Mayor PNP Faustino Cerrón)

Cruce de Javier Prado con Prolongación Iquitos, son las siete de la noche de un viernes veintidós de julio.  Aurelia Quirós de doce años de edad se disponía a aprovechar el habitual y prolongado conteo del semáforo en rojo, en una hora punta desprovista de manera inusual de policía de tránsito. De los laterales y en cada frente, pendían las últimas unidades de transporte público de imponentes y vetustas carrocerías marcadas con el hollín imperdonable de la atmósfera limeña. Como de costumbre, otros ambulantes también se disponen a ofrecer sus productos que van desde accesorios vehiculares, los reactivados limpia parabrisas y las golosinas en barra. Aurelia contaba con estas últimas. 


En su escuela, sus compañeros no comprenden lo fortuito e injusto que puede ser el desenlace de la vida en cuestión de segundos; cuando se trata de estar expuesta a las trágicas estadísticas de los accidentes de tránsito. Según estadísticas alrededor del 30% de las causas de accidentes de tránsito se debe a imprudencia del conductor. Martina Harman, licenciada en administración de empresas, se disponía retornar a su departamento ubicado en la Avenida Dos de Mayo, en San Isidro, pero que por las circunstancias antes mencionadas, optó por tomar una salida por la avenida Prolongación Iquitos; provista de una camioneta BMW Serie 5, de trasmisión mecánica.


Martina, de treinta y dos años de edad, esperaba el cambio del semáforo. Mientras tanto, acababa de recibir la confirmación de entradas disponibles para un partido de fútbol del club de sus amores, con un equipo visitante por la Copa Sudamericana. Con un habitual gesto de manos saluda y a la vez despide a los vendedores que con las justas logran conectar con sus ojos; entre ellos se encuentra Aurelia. Su paso lento con el vehículo, mientras comparte una fotografía a su grupo de trabajo, ocasiona que espere otro cambio de luz de semaforización. Aproximadamente a las siete con diez minutos, Martina emprende el arranque de su vehículo para girar rápidamente a la izquierda, mas el cambio brusco del embrague ocasiona que sobrepase una berma donde Aurelia ordenaba su bolsa de dulces. El impacto, como refería el mayor Faustino Cerrón de la comisaría de Orrantia; fue considerable.

Aproximadamente a las siete y media de la noche, Aurelia era trasladada por el vehículo de bomberos al hospital Rebagliati. Producto de la impresión de la conductora, que la indispuso por varios minutos y que la menor no contaba con DNI, se vio esta imposibilitada de atenderse en la Clínica situada a unas cuadras del accidente. Desde la unidad de Trauma Shock y con apoyo de uno de los vendedores que decidió acompañar a la herida, pudieron localizar a la hermana de la menor. Ambas en situación de orfandad, se hacían cargo de la abuela que padecía de insuficiencia cardíaca. 


Al término de esta edición se desconocía del estado de salud de Aurelia, ya trasladada a una clínica privada. Martina confiesa entre lágrimas que no ha vuelto a tocar el celular para las redes sociales, y promete frente a sus padres y la hermana de Aurelia; que no lo hará hasta tener noticias de su recuperación. 



De Safari con Juliet

- ¿Cuántos trasplantes capilares requiere hacer tu esposo para llevarte de safari? - Me animaría a preguntarle.
- ¡Por supuesto!.- Exclamaría ella, como en sus breves charlas de épocas universitarias.

Detrás del contenido, desconozco si hay ensayos, si hay de pronto una logística que la moldee al espacio; que en este caso es un parque ecológico o un safari. Un safari que me recuerda la historia del león que casi devora al cazador egresado de ESAN; que hoy en día dirige con miedo y reserva su terminal portuario con ayuda de los chinos.

Pero Juliet, anda resuelta y emprende con paciencia a engalanar el ambiente con su outfit de cebra; para posar junto con ellas y hacer de la majestuosidad parte de su vida. Esa que supo conquistar con su sonrisa y su paciencia, en los tiempos del Jockey Plaza.  Y que claro, tendría a la postre algo como este diálogo:

- Vamos a Mega Plaza.- Otra vez, lo que sería yo.
- ¡Por supuesto!

Marcado por el Talento

- Me parece que fue el regalo de un ex de mi mamá, antes de tenerme a mi claro. - Contaba Adrián.
- ¿De casualidad, se llamaba Adrián?.- Consultó Martina.
- No, Hugo. Jaja.- Contestó el risueño fotógrafo.

Martina acompaño la sonrisa de Hugo, pero sin mirarlo, con el objetivo de que no se produzca nada en ella, hasta el regreso de Josefina en todo caso; porque ella lo vio primero. 

- ¿Qué fue? Y por qué elegiste fotografía, ah?.- Preguntó Josefina, luego de dejarle el vaso de café.
- Es un toque complicado, porque mi mamá terminó con Hugo, cuando el viajó. - Respondió Adrián.

Para resumir la historia, la madre del joven decidió conservar el peluche porque estaba provisto de un atuendo particular y tenía una cámara. A los dos años conoció al padre de Adrián y se casaron a los dos años siguientes. Comenzaron a viajar para cuando Adrián tenía dos años; y el que no se despegaba del peluche. Cada foto en que aparecía durante su infancia, tenía al peluche.

- Lo máximo. Va a estar interesante el focus Martina.- Exclamó maravillada Josefina.
- Sí, de ley. Gracias Adrián, quedamos en avisarte para la segunda parte.- Respondió la joven arquitecta.
- Buenazo. ¿No quieren una foto?

Tenue

No imaginamos frente al peligro. O al menos eso nos recomendaron aquellos amigos que nos enseñaron a perder el miedo cuando manejábamos bicicleta. Pero Lucía, sola y frente a su captor no tenía otra salida para sus pensamientos que mantener la calma y esperar que el rescate pueda concretarse.

Allá en Huancayo, veintidós años atrás sus padres por todo lo alto, celebraron con júbilo y dicha que eran los más felices y casados del Valle del Mantaro. Pero Un momento, como indicó uno de los secuestradores, Ella primero dijo que no tenía al padre vivo y ahora me llama un tal Cerna, ¿es tu viejo?, Es mi padrino, mi padre está de viaje de negocios, ¿El maneja las cuenta acaso?, Sí, con mi mamá.

La calma que expresaba Lucía, aburría y extenuaba a sus captores. Cuando ellos supieron del disponible en caja y bancos; accedieron a un monto menor. No podían hacerle nada, ni tocarla porque dejarían huellas. Esto no es el cine. Tenían frente a ellos una chica tenue y pálida de miedo que no colaboraba; que soñaba con ser contadora y darle el alcance a su padre en Madrid. Y así fue, después de todo; para bien y honra de todos. 

Adrián el Fotógrafo

 -¿Cómo que Hugo?-. Preguntó Josefina.
- No, jaja. Me llamo Adrián y soy fotógrafo. 

Efectivamente, aquel risueño hombre de veintidós años, metro setenta y siete de estatura, cabello lacio y todo desenvuelto tenía un peluche fotógrafo; y pero que se llamaba Hugo. O bueno así decía la etiqueta.

- Te daría un café gratis. Pero todavía no empezamos con el negocio, acá con Martina. Te la presento, ven-. Decía entusiasmada  Josefina.
- Hola Adrián. Cuéntame de él, que tal. - Saludo rápidamente Martina.
- ¿Pero y el café?, digo como para empezar bien.- Respondió el joven fotógrafo.

Josefina, viendo que la conversación pintaba bien, se separó de ellos para ordenar un café en el concesionario de la universidad. Habían convocado a un focus group; e ir conociendo a personas con peluches o bueno que aún lo conservan.

martes, 29 de abril de 2025

Teoría de la Ternura

Pasaré por ella al promediar las siete de la noche. Pasaré a su sala. Esperaré que me invite a tomar asiento y sólo lo haré después de que ella lo tome antes (eso se lo diré). Hablaremos sobre lo que pasó anoche...

- Eres un huevón, ya está.
- Pero y qué tiene de malo...
- Le escribiste al privado, ¿qué te pasa?
- Ya pero no respondió.
- Entonces eres el doble de huevón. ¿Manyas?

Manyas, es una expresión ya desfasada, para los centenials. Eso lo puso el autor. Bien ella pudo preguntar: ¿Alucina?. Lo cierto es que Patito no me quiere ver ni en pintura. Me echó de su casa, sin invitarme un puto café. Se me ocurre otro plan, pero esta vez no lo pensaré.

- Me excedí, sorry ¿ya?
- ¿No volverá a pasar?
- Te lo aseguro, no sé que me pasó...
- ... que tierno! Ese besito...
- ...
- Ya, fresh entonces. ¡Hay que tomarnos algo!

Así que no tuve mejor idea que ensayarlo con un amigo. 

Una Invierte para Crecer

-Yo me quiero crecer todo. O sea, ¿para qué quiero invertir ahora?.- Dijo resuelta Josefina
- Bueno, vas a ahorrar para no tener que ir a muchos lugares.- Arguyó Martina.

No hay profesional joven que no tome un café por las mañanas, según los estudios del mercado. Pero ahora, qué profesional joven va acompañado de un peluche. Hay quienes van pero con sus vasos, de todas formas y con diseños. Diseños de plantas y hasta de animales, pero no de peluches.

- Se trata de algo exclusivo. Así como hay gente que va a lugares de temática de animes, hay de los que vendrían a estos.- Sustentaba Martina, luego de dar un último sorbo al café que le quedó.
- Yo llevo a mi peluche y me dan un café, ¿algo así?. - Preguntaba Josefina.

Según la universidad, a partir de la idea se desarrolla un producto o servicio y eso venía con un concepto. El tema es que el concepto recaería o bien por los peluches o bien por el servicio a quienes llevaban a estos. La pregunta es, ¿hay mercado?.

La Niña que Creció

Toribio exhala y van con esta exactamente sesenta mil novecientas cuarenta y ocho veces que le acompaña una tos seca y fuerte. Al llegar a casa contempla a su hija, minusválida y sonriente; acaricia con su mirada al cansado rostro del obrero del campo que ya bordea los setenta y pero que mantiene la actitud con que se ganó la veneración de todo el poblado.

A la mañana siguiente el hombre viudo y padre de una mujer de treinta años, inicia su labor con un reparador duchazo. Junto a las plantaciones de plátano y poniendo la mirada en el horizonte, donde se ve más vegetación. Anhela también un médico, porque piensa en su tos, pero también en su hija, quien diez años atrás pisó junto con su madre una mina y sólo ella sobrevivió para contarlo; aunque con un miembro inferior menos. 

Ella, regresa del paso de la carretera con la cesta vacía de las frutas, será lo necesario para unas menestras y unos huevos que el padre se encargará de traer de más allá y poco menos; de la ruta para ir a la ciudad. Malena, como se llama ella, se organizará más tarde para preparar los alimentos; aunque con cierta nostalgia porque recordaba aquel novio guerrillero que en muchas ocasiones se deleitaba con su sazón. Vente conmigo, qué haces con tus padres. Ya creciste. 

Pero Malena no era como sus hermanos, que fueron para México. Ella quería estar cerca a sus padres. Pero terminó quedándose con uno de ellos. Se complementaban. La Niña que Creció como diría Toribio de su hija, cada vez que un vecino preguntaba que cómo estaba; y que ahora vería necesario por ella ir un poco más allá, a la ciudad; donde estaban los buenos médicos esta vez por su salud, Y porque me la ayudaron alguna vez.

Espacio Acogedor

Hay una sola forma de apreciar el afecto entre dos personas, y en este caso recaía sobre los gustos y los amores que se comparten. En este caso Josefina y Martina, muy aparte de los peluches tenían el peculiar gusto por los espacios y las decoraciones; y proponían de tiempo en tiempo nuevos lugares por visitar y claro está con sus fieles acompañantes.

- ¡Qué lugar más interesante, estás segura que se puede ordenar por aquí!.- Decía Martina extasiada por la decoración y la variedad de la carta de la cafetería.
- Listo, acá te paso otra recomendación. - Contestaba Josefina.

Esta amistad transcurría así, y no había fin de semana que no se suscitaran más recomendaciones y más planes por visitar estos lugares. Cada cierto tiempo, surgía un plan por un post o reel subido a instagram o uno que otro destacado de alguna persona afín a sus gustos, o como se les conocía en la literatura universitaria como líder de opinión.

- Yo pago esta vez. - Se adelantó Josefina.
- No es justo, tú me recomendaste el lugar. Hagamos algo, ¿que tal si creamos un lugar alusivo a los peluches?.- Idea brillante que propusiera Martina y que recaería la atención de los próximos días.

jueves, 27 de marzo de 2025

Historia de un Gato

A Josefina desde niña, le atrajo la palabra Mercadotecnia. Era el título de un libro grueso y mediano que se erigía en un rincón de la breve librería de su tío Sergio. Esa palabra era como mágica. Podría referirse al mercado como a algo técnico. Pero lo más curioso, es que en uno de sus cumpleaños, este tío le regaló un gato de peluche; al que le puso por nombre Mark.

El peluche era plomizo, brillante. No dotaba al imaginario felino personificado más que la esencia de un pelaje; y con una efectiva alusión al clásico personaje de Tom (y Jerry) de los hermanos Barbera. Lo cierto es que el peluche la acompañaría a todas partes. Cuando salía al colegio, a la casa de sus amigas cuando habría que hacer un trabajo grupal o realizar las tareas juntas.

Desde pequeña, aprendió a lavarlo tanto a mano como a lavadora automática. Aprendió a coserlo y descoserlo con un trato reverencial. Como una estudiada en tanatología médica, pero con la clara premisa que esa resurrección se daría más productiva que de costumbre y para muchos lugares o circunstancias.

Cuando Josefina conoció a Martina, ambas tenían 15 años, un coeficiente intelectual superior a 150 y claro unos peluches muy singulares y productivos, si quepa el término.

Tienes que Sonreir

Ella es como un crepúsculo. Tiene una aureola que sólo ella puede activarlo a demanda y que algunas veces opaca para poder mimetizarlo con su seriedad. En su modo trainer, publica una reseña de video de este tipo, a manera de pie de página:

Tienes que sonreír. El mundo puede estar contra ti. Tú sigue adelante por tus objetivos. El autor hace una pausa porque de pronto en en el video ella aumenta al doble el nivel de pesas y causa un natural asombro. El texto continúa con una ligera e imperceptible falta ortográfica. Solo las grandes personas superan sus miedos y sus límites.

Al llegar a casa, su madre la recibe con una sonrisa cálida. Ella tiene una enfermedad crónica, pero nada que su organismo pueda complicar su presencia diaria y laboriosa y sonriente para con su única hija. La sopa está cálida aún. 

Sobre la modesta mesa y al costado del plato medianamente hondo, resuena un celular de gama alta. Son notificaciones del Whatsapp. Pierre, su ex, le avisa que mañana hay una activación de Productos de Proteínas. "Ven lo más temprano posible. Ya sé que vas a estar algo molesta, que te gusta dormir mucho. Pero tú sabes como es el negocio. Tienes que sonreír..."

Ideas Para Comenzar

Martina, recorre el Campus, con la parsimonia de una futura Arquitecta de Interiores. Lleva en su interior una idea que revolucionaría el mundo entero, similar a aquella de la fibra óptica de colágeno que le recordaba su querido tío Gustavo cada vez que lo visitaba; y que empero por la insistencia ella terminó optando por la arquitectura.

Su cálida sonrisa y su oso, claro está atrajo a una apuesta jovencita desde aquel otro pabellón del que se decía provenían las buenas ideas. Pero esta ocasión no las obligaría a una discusión, ni  mucho menos a un debate. 


- Yo también tengo un peluche-. Dijo la resuelta jovencita que sentó junto a Martina.
- OK. Hola, me llamo Martina. Y no veo a tu peluche-. Acotó nuestra creativa arquitecta en prospecto.


Seguiría un par de sonrisas, algo prolongadas y un sustento gracioso de que "Cada quien respeta su espacio". Aquel peluche en mención era un gato, desprovisto de indumentaria o sombrero o de unas clásicas botas a fuer de aquello que se pierde en la noche de los tiempos. "Mi gatito es claro y bonito y su presencia me produce buenas ideas." 

- Ah pues, genial eso. Preséntamelo.

jueves, 27 de febrero de 2025

En la Eternidad de Yidda

 - ¿ Acaso estás loca? ¿Me vas a cambiar de vuelo?
- Sí, tienes que verlo. Sé que te mueres por verlo.

El teléfono resonó ligeramente al colgarse, contagiado acaso de una sonrisa de quietud que tras el acuerdo de dos colegas en cambiarse de turno de vuelo de interconexión; abrigaría la esperanza de una de ellas de re-encontrarse con el gran amor de su vida, producto de una reconciliación.

En el vetusto hangar mientras tanto, entre el clamor de horas y acumulación de sueño, un mantenedor no se percata que dejó cubierta la pieza con una cinta que más tarde no articularía el sensorizado, de la aeronave con destino a SCL. 

En la mente de Yidda, no quepa esta vez el destino final; pues ante la emergencia se precisa retornar a LIM. De pronto el calor de sus mejillas se vieron opacados por una sensación térmica inimaginable producto del abrupto descenso. Ya no oye más los gritos en los pasillos, ya no pasa por su mente el inquirir por instrucciones en cabina. Divisa nuevamente por las ventanas las tenues luces de un acaso a prueba de colisiones, cierra los ojos y a su propia paz; decide no abrirlos más.


Academia de Peluches

Martina tiene muy en claro que tras el paso del tiempo, no quedará más de su estatura ni de su peinado; empero sí de aquel oso de felpa que lleva consigo a todas partes. 

Este pensamiento pasó por su mente cuando tenía apenas doce años y tenía la mirada atenta de sus padres puesta en ellas; empero no del futuro que se tenía en mente.

En cambio ella tenía la mirada puesta en el peluche, lo tenía desde los siete años y siempre se preguntó por qué exactamente tuvo que ser de un oso y por qué tenia que llevar algunos trajes de adulto.

Aquel peluche tenía un denso pelaje marrón y una despintada nariz, llevaba un sombrero pequeño de copa y tenía la sonrisa levemente cosida; que parecía que cuando ella estaba contenta aquel osezno se sumaba a las celebraciones en murmullo.


martes, 28 de enero de 2025

No hay una vista alejada de mi

 Tengo una sola idea en mi mente y pareciera que escondiese una intención de volverla a seducir. De probar otra forma de llegar a ella, a su espacio, a su pasado; a sus rollos de papel de los que tanto se jacta en sus posts. 

Noto una semiótica que no va conmigo y mi entendimiento. Noto que su imagen ha regresado con más fuerza, como su cuerpo y el pequeño que lleva su sangre y al que saludé hace poco en el Mercado.

Siempre la noto y ella me nota. Vivimos como alejados, pero dispuestos a acercarnos.

No Soporto al Potter de tu Novio

Tú me decías que mientras sonría, todo alrededor estaría bien. No imaginaríamos nunca que esa cabrona pipa se vendría abajo. Pero eso es otr...