Karón reunió a sus discípulos, no se trataba de un susto, o de un "lo peor ya ha pasado", como temía el maestro de que alguien pensara. Era necesaria una explicación y por lo tanto tenía que centrarse en la historia. Abel pidió calma a sus amigos, e invitaron al maestro a sentarse, mientras Mariana se entretenía tratando de apagar su celular. La tarde parecía una señora esperando la noche.
Algunos hubiesen preferido llevarse a la boca un bocadillo, como en el cine; Karón empezó sus historia remontándose 5000 años atrás. El era hijo de Onix una guerrera milenaria y de Erebo, un semidios guardián de las tinieblas. Karón contaba que le encantaba escuchar historias de guerreros y rescates, cortesía de su madre. Al pasar 1000 años sus padres desaparecieron misteriosamente y tuvo que dedicarse a conducir a los muertos , oficio que alguna vez su padre tuvo que dedicarse.
Ellos le preguntaron quien efectuaba esa labor mientras el crecía con sus padres, él respondió que era un viejo ermitaño del que nunca recordó su nombre. Un gato sorprenidió a todos con su maullido y aun más por sus acción de mover la lámpara. Aún quedaban 4000 años por narrar, comprendido esto por el maestro, se levantó y fue por otra lámpara.
Vitarte
11/10/07
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