jueves, 17 de diciembre de 2009

Dios, Una Boda, ¿Qué es el final?


Ha transcurrido un año desde que termine el PHD en Londres, mis padres para aquel entonces ya vivían conmigo en Copenhague. Mi productividad y mi capacidad de negociación habían cambiado la forma tradicional del servicio hotelero. Incorporamos el concepto de la mística (Equipos de trabajos con reuniones alegres de trabajo cada inicio de semana), habíamos consolidado la imagen de asociación con nuestros trabajadores, mis antiguos compañeros de trabajo pasaron a la planilla de la empresa, mejoramos los incentivos con viajes, cursos de idiomas para los hijos, becas, etc y finalmente promovimos diez fusiones-incorporaciones con empresas hoteleras de tradición que habían perdido vertiginosamente su participación de mercado.

A mis 27 años había aceptado con el mayor de los compromisos la dirección ejecutiva internacional, aquí se le conoce como CEO. Mis padres más orgullos que nunca, lloraron de la emoción por un día entero. Luego de mi nominación asistí a una importante cumbre de negocios. Fue ahí donde conocí a Rosalie Tonnsmann, una bellísima franca-suiza con la que cultive una linda amistad de un año, hasta que me dije “Dios una familia.”Rosalie tenía pensado asumir una presidencia ejecutiva en su empresa minera, pero aceptó mi propuesta de matrimonio manteniendo su altísimo cargo comercial.

Termino la llamada con noticias en Hong Kong y reanudo la conversación con mi padre. Felizmente mamay está bien, vendrá (Gracias a Dios) con sus dos hermanos a París, donde será la boda. Rosalie me pregunta “Alors mon amour, ¿qu’-est ce-que c’est le finale?”, luego de acariciar su rostro con mis manos y mi sonrisa, le respondo “Le finale ne existe pas, seulement est dans notre sommeils, comme un ultime astre”

La Ninfa Herida



Yo no hablaba francés por aquel entonces. A lo mucho un par de “ah oui”s con sus “merci”s. Y era todo cuanto humildemente pude captar de las tantas películas que pasaban en cable en mis aburridas tardes.

Al tenerla frente a mí esa noche, acompañada por un sujeto y otra sujetada a él; sentí lástima. Lástima por la noche, por los sujetos y por el cuerazo que estaba frente a mí y mis ojos anhelante de protección.”Bonjour” me acordé milagrosamente, aunque muy mal porque eran las diez de la noche; su sonrisa me dio esperanzas. Acompañé a los tres hacia el paradero, no sin antes hacer vistas por si llegaban taxis y presenciar de paso las enormes caderas de mi Ninfa herida. Así llegamos hasta el cruce con la avenida la marina.

No recuerdo que más ocurrió esa noche, cuando desperté me encontraba en la costanera con el torso desnudo y cerca a mí unos paquetes de preservativos. “Me doblé “pensé, porque estaba cerca de la avenida la paz donde viví, pero me di cuenta que estaba en mal estado. Llegué a casa y para mi suerte estaba mi hermana (y su enamorado), estaban ocupados así que me evité fuertes llamadas de atención.

Al poco tiempo, quizás por la anécdota, me inscribí en la alianza. Los dos primeros meses fueron muy divertidos. Al tercer mes, me tocó por maestra a mi vieja amiga de la avenida universitaria. Aún conservaba uno de los paquetitos de preservativos, como recuerdo. Cierta vez se los puse junto a mi examen final, con una pequeña nota BONJOUR (10:00 pm).Siempre he sido modesto, mi cuñado lo sabe muy bien; pero desde que tengo a la mujer más bella y ardiente de Bélgica que habita en Perú, me he convertido en el hombre más cansado y distraído de la clase.

Y ese Terno

“Me lo dieron en el trabajo mamay, hoy me ascendieron” Se que no entendería ese último término pero su corazón de dos veces madres le motivó venir hacia mí con profunda alegría. Recibí uno de los mejores lonches de mi vida. Papá llegó más tarde y con él tuve que dar detalles, “¿El presidente, Dios santo que buena experiencia te ha tocado vivir hijo, felicidades?”.

La experiencia se alargó en los dos años siguientes, cuando conseguí un nuevo ascenso. Pero tenía que salir del país. Mis padres, después de la alegría de mi graduación, se toparon con esta noticia. Casi los pierdo por la fuerte impresión.

Yo siempre me he comprometido con mi trabajo. Es mi vida estar en contacto con las personas, escucharlas y ayudarlas. Ya podría comunicarme perfectamente en cinco idiomas. Siempre estaba en las juntas de directorios más importantes. Cierta vez tuve que negociar unos auspicios con una aerolínea a fin de que pueda ir cada fin de semana a casa de mis padres. La segunda semana consecutiva fue una gran sorpresa para ellos. Había quedado bien, como hijo ascendido.
Si al menos tuviera una forma de llegar a su tiempo y a su voz. Si pudiera suponer que sus instantes podrían encontrar la calma tras una dosis de mis caricias. Ella simplemente, su existencia, me viene inquietando como una Pandora infantil. Yo me supongo que soy yo mismo. Yo me supongo que he tratado de reírme de mí mismo. Para alegrarle.

Para al fin suponer, para al fin morir un poquito dentro de ella, por tanto como es ella así dejara de ser ella, aun por asimilar algo de mí. Si al menos tuviera una forma de llegar a su tiempo y a su voz. Si hubiera aprendido a suponer, entonces sería mejor que sus tantas pastillas.

Seguro que se Trata De Mí


Un poco más y el presidente ejecutivo me llevaba de la mano. Yo estaba asustado. ¿De qué oficina hablaba? ¿Se trataría de una sorpresa por mi cumpleaños de una semana atrás? Llegué a una oficina que llevaba un letrero pequeño, decía “Relaciones Externas”.

-Señores.-Tomó la palabra el presidente.- A partir de hoy el Sr. Polo, trabajará con ustedes.
-Señor gracias, pero…-No pude decir más porque una lluvia de aplausos me interrumpió hasta el borde de la emoción y las lágrimas.