jueves, 17 de diciembre de 2009

Y ese Terno

“Me lo dieron en el trabajo mamay, hoy me ascendieron” Se que no entendería ese último término pero su corazón de dos veces madres le motivó venir hacia mí con profunda alegría. Recibí uno de los mejores lonches de mi vida. Papá llegó más tarde y con él tuve que dar detalles, “¿El presidente, Dios santo que buena experiencia te ha tocado vivir hijo, felicidades?”.

La experiencia se alargó en los dos años siguientes, cuando conseguí un nuevo ascenso. Pero tenía que salir del país. Mis padres, después de la alegría de mi graduación, se toparon con esta noticia. Casi los pierdo por la fuerte impresión.

Yo siempre me he comprometido con mi trabajo. Es mi vida estar en contacto con las personas, escucharlas y ayudarlas. Ya podría comunicarme perfectamente en cinco idiomas. Siempre estaba en las juntas de directorios más importantes. Cierta vez tuve que negociar unos auspicios con una aerolínea a fin de que pueda ir cada fin de semana a casa de mis padres. La segunda semana consecutiva fue una gran sorpresa para ellos. Había quedado bien, como hijo ascendido.

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