jueves, 24 de enero de 2008

La Sorpresa de Camila

Camilita tenía muchos dulces tras la vitrina expuesta a los vasos. Su abuela nunca comprendió como la escasez de los dulces se hacía tan evidente al arribo de cada visita y sobre todo en alguna celebración. Camilita celebraría pronto un año más de vida y junto a aquello, su triunfo sobre la restricción golosinaria.

Camilita apagaba 10 velas, pensaba en sus deseos, no ajenos a los tesoros y a las sorpresas para su paladar exigente. De pronto uno de los presentes acercóse a ella junto a su cajita tan protegida. Camilita comprendió que se trataba de la cajita con dulces, incluso que provenía de sus primito. El poder se disfruta aún más cuando se es pequeño. Nerviosa tomo uno de los dulces y tomando la caja, procedió a convidar a sus familiares e invitados.

Ricardo Palma
12/01/08

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