Despeinado y aburrido, cansado y con una impaciencia propia de un oso ante el salvajismo extremo de su caries; así transcurría el tiempo, así las horas se transformaban en granitos de azucar, la caries otra vez. El tiempo parecía una reserva de grasa, otra vez el oso; al fin la llamada:
-Hola Carlos / -Dime Maribel / -Bueno discúlpame, es que no se iba Javier / -¿Se acostaron? / -Sí, pero no te importa ¿verdad? / -A decir verdad, nunca me importó la vida de mi hermano / -Es cierto. Entonces hoy a las cinco / -Nos vemos en la esquina de Coronel Sebas. En el Restaurante / Ok, chau.
Maribel con esa llamada me puso todo en claro: el que era un oso tonto, que era un oso celoso de sus hermano por ser ella mi mejor amiga, mi única amiga; una persona en toda mi vida. Esperaría a las Cinco, esperaría un poco antes. Así el tiempo resultaría más favorable para mi y me proyecte una mirada natural, una frescura, una brisa o hasta quizas un mar. Porque Coronel Sebas quedaba muy cerca del acantalido, del departamento Javier y del Hotel.
A la hora fijada, peinado, motivado y lleno de energía (Gracias a la ayuda de uno de mis barbitúricos), me encotraría con una Maribel distinta, alejada del mundo y de mi mirada; su "Hola" apenas creíble y triste y ofensivo.
-Hola. ¿Cómo esta mi hermano?.- Le respondí.
-Muy bien, mejor que tú.-Exclamó bajando la voz.
-He decidido partir del país, rumbo a Europa donde encontré una oportunidad...
-Me alegra. Yo te iba a pedir que evitaras verme.-Me interrumpió
-No te entiendo.- Le respondí inquieto.
-Escuchame, siempre has sido mi amigo, la única persona hasta que conocí a Javier, mi vida...
-Hey, lo sé. No tienes porque sentirte mal.
Salimos no sin antes dar un reconocimiento monetario al mozo. En nuestro andar, nos cogimos de la mano inconscientemente; así llegamos hasta el malecón. Encendimos un cigarrillo, comprendiendonos con la mirada, que definitivamente era un privilegio, el ser Únicas Personas.
San Isidro
12/03/08
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