martes, 12 de mayo de 2009

Decisiones


Estando en Ticlio pensaba como la minería y su auge había cambiado las expresiones de los pobladores, volviéndolas magras, monótonas y casi distantes. No sabían más cosas sino su trabajo y eso me parecía terrible. Mi jefe se reía de mis reflexiones. El se jactaba que dentro de poco se jubilaría “Alquilaré el camión y viviré tranquilo. Si quieres te lo puedo alquilar, pero desde ya te digo que el precio es alto”.Yo lo pensé claro, por compromiso.

La mirada de mi padre, su voz expresando un “No quiero que seas como yo” cae en mí en su totalidad. Llevar mi vida por ese trabajo de camionero y a los veinte, que tenía planificado, no era para mí. Observando el efecto de mi hálito sobre la atmósfera fría, opto por seguir ahorrando para luego estudiar.

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