martes, 23 de junio de 2009

En Alguna Parte

-Dale es tu última bola.
-Tuach

Eran las siete cuando x-etre me daba el chance de acabar con la última bola de billas. Era la última vez que me dejaba hacer eso. Una voz metálica continuaba el silbido esta vez como de victoria, celebrando el ánimo del deporte y mi buena puntería.

Partimos de París al segundo. Aparecimos en el desierto de Atacama, su nave espacial de modelo Chip-Vio, lo estaba esperando.

-¿Me acompañas?-Me preguntó esta vez en español.
-Esta vez no, como que me esperan. Le dije casi tiritando por el frío.

Al conducirme a mi hogar en unos instantes, aún sentía la persistía del clima.
Aquella noche no pude soñar con otras vidas. Volvería otra vez a la soledad e impaciencia de los amigos .Aburrido de tanto pensar opté por el sueño.

-Anoche te estaba llamando-me increpó Alex, la joven de nacionalidad peruana, con la que hacía el amor.
-Perdón pero tuve algo importante que hacer en París. Le dije en tono decidido, para luego sentir que había colgado.

Mi vida no es lo mismo desde que mi mejor amigo planetario, me comentó sobre el fin del universo. Mis padres me creen loco. Mi tío Efraín me animaba a salir y divertirme como lo hacía antes, aunque en realidad trataba de incluir a Alex. Es así que retorné a mi diario y a mi vieja colección de paisajes del mundo, muy de principiante como llegaría a iniciar en secundaria.

Extrañando Europa y la infinita París, favorita de X-etre, me animé a asomarme por la ventana. Reconociendo un sentir mecánico en mi corazón, comprendí que definitivamente él estaría en alguna parte.

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