sábado, 20 de noviembre de 2010

Llegó Mickey


De corazón lo estábamos esperando, llevándolo a casi la ingesta; era sentir un gran temor porque se podría contagiar. Y qué si él estaba vacunado. Nunca se sabe en verdad. Meche ya no andaba como loca, ahora parecía una paciente más, presa de los nervios como estaba. Tuve que tomar una decisión. Fue así que comencé a trabajar en la construcción de algunos ambientes.

Pero algo raro había en Mickey y era que a su llegada, el mismo iba donde sus amigos-hermanos, como de seguro los llamaba. Era él que sin temores se acercaba a los enfermos, jugaba con ellos. Mickey parecía un médico incluso hasta para mi hermana. Yo no salía de mi asombro. Pasaron así dos meses.

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