Luego de mi último incidente con un taxista, juré ante ese rosario colgado del espejo central, que jamás volvería a tomar un taxi que sea blanco y con etiquetas en las puertas delanteras.
A tamaña arrogancia de este individuo se sumaba el hecho de que venía a importunarme con sus preguntas sobre "Qué tal el trabajo" ,"Me parece que a usted lo he visto en la tele. ¿Verdad?", "Y dígame, seria amable de mandarle saludos a mis compadres en..."
*************************************************************
Hoy por la tarde recibí la carta de despido, incluía una breve felicitación y unas disculpas por una decisión que venia desde arriba (sic), según el ex-Director, estaba implícito el tema de una posible liquidación.
Mi padre trataba de tranquilizarme, cuando finalmente saco una vieja llave, era la del Wolkswagen blanco del 89 "Bueno, para que te vayas acostumbrando", aludió con un gesto que escondía una paternal advertencia de no morirme de hambre.
Santa Eulalia
10/05/07
No hay comentarios:
Publicar un comentario