lunes, 29 de marzo de 2010

Entre tu Voz y la Mía



El verano que daba a la última de las estaciones de fuego. Eran los dos mil cuatrocientos veinte años de nuestra era y sólo existían cien seres humanos dispersos en el mundo. Se dice que los sobrevivientes fueron quienes estuvieron en el agua, en aquella emisión de rayos ultravioleta.

Pero yo no estaba contento con mi realidad. Mi compañera había fallecido a causa de una brutal batalla campal que terminó con una bala perdida y con la vida de quien se estaba convirtiendo en mi amiga. Pero la estación venía otra vez. Hoy en día no se habla de piel ni de los glaciares. Quienes afirmaban que el infierno no existe, ahora pueden darse un paseo por los monumentos y hablar de tantos temas.

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