sábado, 14 de agosto de 2010

Profesionalismo

Ella entró al cuarto cubierto de cojines y sillones rojos cubiertos de fino esmalte. Ella se presentó en menos de tres segundos. “Es lo normal, todos pasamos por lo mismo” respondía por vigésima mes el camarógrafo profesional.

Esta no parecía adicta a la cocaína, pensó en sus adentros. Esta se despojaba de la toalla con total naturalidad sin perder la mirada ni mirar por algunos instantes el techo. Esta chica sí que sabe hacer su trabajo.

Lentamente caía la toalla primero sus pechos dieron la luz, luego su cintura, su amplio pubis y sus poderosísimas piernas. Sonó el primer flash y luego vinieron veinte más. El pedía una postura ella obedecía (Habían quedado que serían sólo siete tomas para la revista). A pesar de eso el ya llevaba más de treinta capturas. Cada quien conoce su trabajo.

El joven le indicó que ya había terminado su trabajo. Enseguida el director anunció en la puerta si podría entrar, ella cubriendo rápidamente su cuerpo asintió. Luego este director acompañó a los camerinos a su bella modelo que de seguro agotaría las ediciones. Abajo el profesional tuvo una genial idea, habiéndose liberado el sexo procedió a satisfacerse por espacio de dos minutos; por vigésima vez el camarógrafo profesional.

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