viernes, 22 de abril de 2011

VI – Meses Para la Sustentación




Al día siguiente, antes de tomar mi baño acostumbrado de las seis y media, una inquieta Antonella se acercó a mi cama para decirme a cien decibeles de su voz, de que su perrito acaba de cumplir seis meses.

- ¡Verdad! Me olvidaba-exclamé de la nada.
- Espérate mejor al año, a ver que nos obsequias – respondió mi hermana.

Pero yo me refería a la sustentación de mi Tesis. Claro que la sonrisa de Antonella, como la que sería de su cachorro en otros seis meses; me daban esperanzas aún. Entonces mis pensamientos en mi futuro gerente se esfumaron. Entonces comprendí que tenía que dejar atrás mi condición de bachiller mejor pagada en mi empresa y que debía dar paso a ingeniar otras cosas en mi cabeza.

- Antonella, hazme un favor- me dirigí a mi hermana
- Claro, en qué te puedo ayudar- se volvió a mí con las ganas de quien recibiría una compensación; aunque seria como para no arrepentirme.

Le conté entonces del plan que tenía y de la forma como ella me ayudaría proveyéndome libros de su universidad. Supuse que a un buen nivel de fuentes bibliográficas, ubicaría o me concentraría en un tema; en el que no deje de ser yo. Y decidí aventurarme a esa búsqueda.

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