viernes, 22 de abril de 2011

V – Segundos con sus Manos




Estaba un poco confundida durante esos instantes. Traté de detenerlo pero sabía que era como detenerme a mí. Esperé un poco, respiré y le regale una sonrisa acompañado de un “Que tierno de tu parte”. Luego hice uno de los gestos habituales para pedir la cuenta, hasta que se acercó el dependiente.

La cuenta fue irrisoria, pero él y su sonrisa me indicaron que habría un acto de generosidad de su parte. Efectivamente, a los pocos segundos el desprendió de su billetera unos cuantos billetes; durante la operación distinguí la fotografía de una mujer e inmediatamente mis ojos me delataron.

-Es mi hermana- exclamó, con otra sonrisa.
-Muy linda, tiene tus ojos- respondí casi segura de que no mentía.

Salimos del local, él sonriente y yo pensando en sus manos. Sus manos que pagaban la cuenta, sus manos de futuro gerente “Creo que es momento de despedirnos, te debo una. ” “No te preocupes, tienes mi teléfono; pueda que coincidamos un fin de semana.”Lo sentí acercarse a mí y me dio un beso, para mi mala suerte en la mejilla.

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