martes, 29 de julio de 2008

Mentir



Nunca imaginé ser lo que soy ahora. Haber sido despedido de la fábrica, haberme prestado en un principio un vestido, haber comprado media docena de globos de fiestas infantiles y habérmelos colocado en el cuerpo; para coquetear así a los clientes y ganarme unos centavos. Nunca pensé que volvería a ver a Mariana.


Mi jefe acababa de dejar viuda y dos hijos. El gerente no vio conveniente asignar una persona para el despacho de Mantenimiento y decidió tercerizar, luego de agradecer mis servicios por todo este tiempo. Cuando salí, no supe que hacer. Mi liquidación se acababa, no tenía mis documentos académicos actualizados. No sentía mi vida simplemente y opté por trabajar en las calles.

Era duro, pero era un trabajo. Cierta vez un niño me tiró el caramelo en la cara. Era el que le acababa de vender. Me dijo además que era feo. Era parte del oficio, así que no me quedaba otro remedio mas que juntar dinero. Fue así que pude terminar de comprar el disfraz, ensayar voces femeninas, adquirir los globos y pensar que quien tenía el mando era yo.

Mariana se cruzó en mi camino, cuando yo contaba mi dinero. Perdí la cuenta y puse atención en su caminar y en sus caderas que frisaban los treinta y dos años. Era definitivamente ella. Sin querer la llamé y me aproxime a ella sin que haya volteado previamente; la abracé y besé. Las personas llegaron a montón, pensaban que se trataba de una muestra escénica. Yo no quería que ella también pensara así. Mariana se excusó y dijo que no me recordaba. Fue cortés a pesar de haber tolerado el beso y el abrazo. No supe que hacer e improvisé una escena con ella. Colaboró conmigo.

Mientras le agradecía por su colaboración, luego de acabado el espectáculo, mostró una mirada que me flagelaba el semblante. Había cambiado. Era cierto que se había casado y que contaba con un buen trabajo. Le agradecí avergonzado, olvidando que momentos antes quería que me reconociera. No te preocupes Franco, siempre has sido así conmigo, pronunció sorpresivamente mientras se alejaba sonriente y para siempre de mi vida.

Santa Eulalia
25/07/08

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