martes, 22 de junio de 2010

La Tierra de Niman –tse

La joven madre pasaba por tercera vez por el mismo camino angosto, ahora sí que cuestiono el triste desenlace de aquel cadáver que a nadie parecía importarle. En la tierra de Niman –tse la gente se moría y no era novedad. Las ancianas portaban enormes fotografías y solían decir que eran sus hijos.

Cierta vez en la Tierra de Niman – tse un médico de origen brasilero, trajo consigo un programa de voluntariado. Unos de los jóvenes del pueblo, preguntó si ellos se quedarían para siempre. El médico arguyo que posiblemente y preparó sus implementos. Pronto comenzó la rebelión en Niman – tse y uno a uno llegaban los heridos, los heridos y sus cortes, los heridos y sus mutilaciones, amigos con heridos, heridos niños y heridos adultos, heridos armados y rendidos, heridos armados dispuestos a la batalla. Luego de curar, coser e internar a sus pacientes tanto el doctor de origen brasilero como su equipo, concluían que nunca habían imaginado ser médicos para tales heridos o bien que nunca los heridos hubieran tenido más médicos que ellos, todo esto ocurría en la tierra de Niman – tse, mientras que en el mundo alguien clamaba de ayuda para este tipo de pueblos, supuestamente olvidados.

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