miércoles, 23 de febrero de 2011

I – No Siempre es el Comienzo



Cuando alguien por la calle, a punto de cruzarse en tu camino, te ve fijamente como queriéndote decir “Estas muy linda, cómo me gustaría volver a verte”; es preciso detenerse un poco, devolver un saludo con la mirada e iniciar un diálogo como este:

- ¡Hola! ¿Todo bien?
- Sí, ¿que tal? Soy Francisco y creo haberte visto antes…
- Ah bueno…ya me iba, aquí te dejo mi tarjeta.

Evidentemente el teléfono debe sonar al día siguiente. Tienes el tiempo suficiente para pensar ¿le habrá gustado mi forma de vestir? ¿Habrá pensado que soy muy fácil por haberle dado mi teléfono? ¿…le pareceré guapa? Bueno eso es obvio, así que ahora contestemos la llamada:

- Hola Francisco, que gusto. Supongo que tienes una consulta.
- Sí es que voy postular a un trabajo y quisiera que me asesores para las entrevistas.

Entonces bien, uno fija la fecha y la hora. Acepto gentilmente la invitación a tomar un café. Ahora a pensar en qué vestido ponerse, si es que me paso de frente del trabajo, si es conveniente llevar la tarjeta de crédito…hasta que Plaf llama tu jefa y te pide que adelantes los informes. Ahora a tener que usar esas horas, ahora a buscar el registro de llamadas para indicarle al (en este caso Francisco) que “Ven a mi oficina a la hora que quedamos, se me presentó una emergencia”, “OK”.

Mi nombre es Margarita Barbieri, soy psicóloga organizacional colegiada y estoy a punto de recibir en mi oficina a las ocho de la noche a un interesante individuo. Y todo sea por una simpática y buena causa.

No hay comentarios: