-¿Cómo que Hugo?-. Preguntó Josefina.
- No, jaja. Me llamo Adrián y soy fotógrafo.
Efectivamente, aquel risueño hombre de veintidós años, metro setenta y siete de estatura, cabello lacio y todo desenvuelto tenía un peluche fotógrafo; y pero que se llamaba Hugo. O bueno así decía la etiqueta.
- Te daría un café gratis. Pero todavía no empezamos con el negocio, acá con Martina. Te la presento, ven-. Decía entusiasmada Josefina.
- Hola Adrián. Cuéntame de él, que tal. - Saludo rápidamente Martina.
- ¿Pero y el café?, digo como para empezar bien.- Respondió el joven fotógrafo.
Josefina, viendo que la conversación pintaba bien, se separó de ellos para ordenar un café en el concesionario de la universidad. Habían convocado a un focus group; e ir conociendo a personas con peluches o bueno que aún lo conservan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario