- ¿Cuántos trasplantes capilares requiere hacer tu esposo para llevarte de safari? - Me animaría a preguntarle.
- ¡Por supuesto!.- Exclamaría ella, como en sus breves charlas de épocas universitarias.
Detrás del contenido, desconozco si hay ensayos, si hay de pronto una logística que la moldee al espacio; que en este caso es un parque ecológico o un safari. Un safari que me recuerda la historia del león que casi devora al cazador egresado de ESAN; que hoy en día dirige con miedo y reserva su terminal portuario con ayuda de los chinos.
Pero Juliet, anda resuelta y emprende con paciencia a engalanar el ambiente con su outfit de cebra; para posar junto con ellas y hacer de la majestuosidad parte de su vida. Esa que supo conquistar con su sonrisa y su paciencia, en los tiempos del Jockey Plaza. Y que claro, tendría a la postre algo como este diálogo:
- Vamos a Mega Plaza.- Otra vez, lo que sería yo.
- ¡Por supuesto!
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